¡Hola! Hoy quiero hablarte sobre la ansiedad, esa compañera que a veces se instala en nuestras vidas sin ser invitada, una emoción que vive dentro de nosotros y se activa en determinadas ocasiones. La ansiedad puede ser desconcertante, pero entenderla es el primer paso para convivir con ella de manera saludable y amorosa. Vamos a explorar juntos qué es la ansiedad, sus causas, cómo se manifiesta en diferentes etapas de la vida y, lo más importante, cómo podemos cuidarnos para manejarla mejor.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta adaptativa que todos sentimos en algún momento. Es esa sensación de inquietud, nerviosismo o preocupación por lo que está por venir. Puede ser útil, ya que nos prepara para enfrentar desafíos, pero también puede convertirse en un problema cuando es persistente y excesiva. Aunque es una respuesta normal y puede ser útil en algunas circunstancias, cuando la ansiedad se vuelve constante y desproporcionada, puede afectar nuestro bienestar y calidad de vida y en nuestra vida moderna, a veces puede sentirse abrumadora.
En los primeros seres humanos, la ansiedad era una respuesta adaptativa que ayudaba a la supervivencia. Ante amenazas directas como depredadores, condiciones climáticas adversas o la escasez de alimentos, la ansiedad desencadenaba la "respuesta de lucha o huida". Esta respuesta fisiológica, mediada por el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino, preparaba al cuerpo para enfrentar o escapar de los peligros inminentes.

Evolución de la ansiedad a lo largo del ciclo vital
Para poder entender mucho mejor cómo funciona la ansiedad, tenemos que mirar nuestro ciclo vital, ya que la ansiedad nos acompaña de diferentes formas a lo largo de nuestra vida:
Infancia: Surge por miedo a la separación y fobias específicas, asegurando cuidados y desarrollando habilidades de afrontamiento.
Adolescencia: Se manifiesta en cambios físicos, presión social y académica, con la necesidad de encajar siendo una ventaja evolutiva que puede generar ansiedad.
Adultez: Transiciones a nuevas responsabilidades y roles, como carrera, relaciones sentimentales e independencia financiera, pueden causar ansiedad.
Mediana edad y vejez: Las preocupaciones se centran en la estabilidad laboral, salud y adaptación a cambios significativos, así como en el envejecimiento y la reflexión sobre la vida.
Factores que influyen en la ansiedad en nuestra vida actual
En la actualidad, hay muchas situaciones que nos pueden producir ansiedad y que nos hacen vivir en un estado de constante alerta, debido a que la vida moderna trae consigo varios factores que influyen en el aumento de la ansiedad, tales como:
Sobreestimulación digital: La llegada de los smartphones y constante exposición a noticias y notificaciones crea urgencia y presión. Las redes sociales compiten por tu atención, son atractivas, te muestran contenido interesante, pero también fomentan comparaciones que llevan a sentimientos de insuficiencia.
Presión social y expectativas: Las altas expectativas de éxito profesional y perfección personal tales como tener una vida resuelta antes de los 30 años generan ansiedad. Equilibrar múltiples roles, como trabajo y familia, puede resultar agotador.
Estilo de vida acelerado: Largas horas laborales, desplazamientos diarios y el tráfico diario reducen el tiempo para vivir una vida más tranquila y calmada, la falta de autocuidado, y horas de sueño afecta la salud mental.
Cambios en relaciones interpersonales: Con el aumento de redes sociales también se amplió la posibilidad de mantener amistades en línea, pero, las conexiones superficiales en redes sociales no reemplazan las relaciones profundas en la vida real. La falta de tiempo de calidad con seres queridos y el aislamiento social pueden aumentar la ansiedad.
Sobrecarga de estímulos: La toma constante de decisiones genera fatiga mental, tener tanta variedad de estímulos que compiten por nuestra atención, exceso de información y tantas cosas que podemos hacer, genera ansiedad por el miedo a perderse algo (FOMO) y se nos dificulta disfrutar del presente.
Estrategias de afrontamiento y cuidado
Manejar la ansiedad no significa eliminarla por completo, sino aprender a convivir con ella de manera saludable. Aquí te dejo algunas estrategias que puedes implementar:
Técnicas de relajación: Practicar mindfulness, meditación o yoga ayuda a reducir significativamente los niveles de ansiedad.
Ejercicio físico: Mantener una rutina de ejercicio regular libera endorfinas, mejorando tu estado de ánimo.
Apoyo social: Hablar con amigos, familiares o grupos de apoyo te proporciona un espacio seguro para expresar tus sentimientos.
Estilo de vida saludable: Una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol contribuyen a la disminución de los síntomas de ansiedad.
Limita la exposición a estímulos estresantes: Desconéctate de las redes sociales y la tecnología de vez en cuando.
Habla sobre tus sentimientos: Compartir tus preocupaciones con alguien de confianza puede aliviar la carga emocional.

Convivir con la ansiedad de forma amorosa
Es importante entender que la ansiedad es una respuesta natural de nuestro cuerpo y mente. No podemos eliminarla completamente, pero sí podemos aprender a convivir con ella de una manera saludable y amorosa. Aquí te dejo algunos consejos adicionales para abrazar y entender tu ansiedad:
Decodifica el mensaje: La ansiedad a menudo tiene un mensaje para nosotros. Escucha tu ansiedad y trata de entender qué es lo que te está queriendo decir.
Abraza tus emociones: En lugar de luchar contra la ansiedad, intenta aceptarla como parte de tu experiencia. Permítete sentir tus emociones sin juzgarte, ya verás que al aceptarla y sentirla la percepción de malestar disminuirá y podrás sobrellevarla de mejor manera.
Bríndate lo que necesitas: Identifica lo que necesitas en momentos de ansiedad. Puede ser descanso, hablar con alguien de confianza, o simplemente tomarte un momento para respirar profundamente.
Establece límites saludables: Aprende a decir no y a establecer límites claros para proteger tu bienestar emocional.
Practica la gratitud: Enfócate en las cosas positivas de tu vida y exprésalas. Mantener un diario de gratitud puede ayudarte a cambiar tu perspectiva.
Acepta la imperfección: Reconoce que no tienes que ser perfecto. La autoaceptación es clave para reducir la ansiedad.
Busca apoyo profesional: Si la ansiedad se vuelve abrumadora, no dudes en buscar ayuda de un terapeuta o consejero.
Recuerda, la ansiedad puede ser una causa importante de crisis personales, pero con comprensión, cuidado y amor hacia ti mismo, puedes aprender a manejarla y vivir una vida más equilibrada y plena. Si te sientes identificado con estos síntomas, no dudes en buscar apoyo profesional. Puedes pedir una hora conmigo en Doctoralia o contactarme a través del formulario de contacto de la página web.
Con cariño
Katherine
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